
Voy a prender otro cigarrillo. Antes de irme, quiero proponerte un juego. Tienes que mirarme a los ojos. No, mejor, tienes que cerrarlos. Bien, ahora te haré una pregunta, pero tú no deberás responder. Yo entenderé, por la expresión de tu cara, la respuesta. Bien, ¿estás listo? - (Susurrando) ¿Puedo Besarte? - .